¿Para qué comunicarnos?

«Estoy lejos del poema como cosa de arte que a veces se asemeja a un artilugio. Me interesa más expresarme que componer, y uno puedeexpresarse en tantas formas. En una simple frase». Rafael Cadenas

Una y otra vez se dan mal entendidos a lo largo y ancho de la vida y, de nuestras organizaciones donde pasamos buena parte del tiempo. Aquello que se dijo que el otro entendió distinto. Aquello que se quiso decir, pero se expresó otra cosa. Lo que se quería decir pero no se dijo y, luego cuando se dice, ya no es oportuno. Lo que se dice coninseguridad y duda, termina no siendo valorado o tomado en cuenta por el otro. Lo que digo paramantener las apariencias, para que crean, para mantener una posición. Peor aún, lo que se dice con mala intención o buscando manipular, ganar laureles ajenos e inclusive intrigar. Los rumores, chismes y el radio pasillo. Lo que no se dice de frente desde A con B, sino más bien A busca a C para hablar sobre B, en vez de A conversar, escuchar o exponer las cosas que le preocupan a B.

El tema comunicacional tiene inagotables matices, vertientes y complejidades. Hay estilos de comunicación, como nos lo recuerda la notable psicóloga de familia Virginia Satir, que nos legó una clasificación y nos señala que detrás de cada estilo se esconde una emoción básica del humano, como es el miedo. Así como estilos de comunicación, también hay maneras de percibir y registrar la realidad, en ello la PNL ha hecho énfasis, nos habla de que somos visuales, auditivos y kinestésicos. Nos plantea que cada cual tiene su propio mapa por el cual filtra la realidad, hablamos desde ese filtro a otros que tienen distintos mapas. El coaching ontológico ha puesto su mirada en la parte lingüística y filosófica del proceso comunicacional, en ese –ser-, que continuamente está en el gerundio –siendo-, a través del lenguaje se está haciendo, lo cual propicia acción, sin olvidar que el lenguaje mismo también esacción.

Podemos continuar agregando enfoques y disciplinas que buscan aportarnos en el tema comunicacional, por ejemplo no hemos hablado del cuerpo, tono de voz y la gestualidad, es decir, del mundo de lo no verbal, dada la supremacía e importancia que ha tenido el mundo verbal en esta parte del planeta. Sin dejar de señalar la búsqueda vital y continua que se da entre esos dos mundos, representada por el sentido de congruencia a la hora de comunicarnos. Congruencia, una suerte de equilibrio dinámico y consistencia entre lo que pensamos, sentimos y hacemos, expresado hacia el otro con respeto; muchos autores lo denominan asertividad.

Ni que hablar de la relación entre la comunicación y la autoestima (o autorespeto), donde se pueden dar mil desencuentros o interferencias, en especial cuando elautorespeto es bajo. O qué decir de la palabra misma –comunicación-, que si la descomponemos podemos avizorar: -común- -acción-, es decir, el sentido de la comunicación convoca a una común acción entre una parte y otra. Entonces lacomunicación existe porque existe el otro, y gracias a ese otro existimos en el rol de comunicador.

Después de estos comentarios, queremos añadir el aspecto que se encuentra en la base o sustrato del proceso comunicacional, como es su aspecto ético. ¿Para qué nos comunicamos? ¿Con qué finalidad? Y en especial, ¿con qué apertura y franqueza lo hacemos? ¿Para honrar la verdad o más bien, para manipularla o desdibujarla? ¿Expresamos aquello que es esencial, como diría el filósofo español Fernando Savater, para el buen vivir, para la buena vida de todos? O por el contrario, ¿buscamos algún atajo, mantener una apariencia o resguardar un privilegio a como de lugar? ¿Nos servimos de ella para agregarle valor a nosotros mismos y al mayor número de las partes posibles o, sólo para agregarle valor a una parte?

Además de ser un proceso complejo, dinámico y altamente sistémico, tiene una raíz que alude a principios y valores, sentimientos y conocimientos. ¿Desde dónde nos queremos comunicar? Y volvemos con la pregunta, que invitamos al lector que se la haga al menos tres veces, evite quedarse en lo obvio, para que sus respuestas provengan desde bien adentro y hable de nuestras auténticas finalidades y sentimientos,¿para qué nos comunicamos? y al momento de hacerlo, ¿cuán congruentes somos?