Las emociones no son buenas ni malas. Son el impulso para actuar, los motores motivacionales.
Sin duda estamos viviendo un momento crítico donde las emociones juegan un papel muy importante en cada uno de los roles que desempeñamos. Si bien es cierto que no controlamos lo que sucede con la pandemia, si podemos responsablemente elegir qué hacer, qué escuchar, qué compartir, y la base de todos esos comportamientos, son emocionales.
Las emociones se expresan en nuestro cuerpo, mente, relaciones sociales y en el ámbito espiritual. En este contexto es fundamental comprender que esas emociones nos permiten adaptarnos a los cambios y las situaciones diversas.
Pensemos por un momento en las reacciones que hemos tenido con tanto bombardeo de información, pregunta que puede surgir: qué voy hacer estando en aislamiento, no me rinde el tiempo, me desconcentro con facilidad, paso el día dando vueltas en los mismos pensamientos. Cada uno de nosotros tiene sus creencias, desde ahí busca respuestas para minimizar lo desconocido, el miedo, la angustia, preocupación e incertidumbre que estamos viviendo. Por ello, prestar atención a esas señales fisiológicas, entender el caos emocional abre el abanico de opciones para cambiar algunos patrones que nos permiten cuidar el bienestar emocional, nuestro y de otros durante este momento desafiante.
Aplicar la inteligencia emocional en estos momentos nos invita primero a reconocer nuestras emociones: ¿Qué estoy sintiendo? ¿Qué opciones tengo?
En estos momentos requerimos:
- Reconocer nuestros miedos, angustias y ansiedad para cuidarnos e ir despacio, hacia adelante.
- Mantener la seguridad de la alimentación, salud, ejercicios, meditación, así como otras acciones de bienestar.
- Tener conversaciones con la familia, amigos, compañeros de trabajo y compartir la vulnerabilidad.
- Concentrarse en lo que sí puede hacer y está en su radio de acción.
- Reconocer la no normalidad, para poder abrazar el nuevo cambio.
- Centrarse en el cambio interno, aceptar lo lento del proceso.
- La incertidumbre es una oportunidad para la creatividad, nuevas ideas.
- Flexibilidad, paciencia, serenidad como actitud y en pequeñas acciones.
- Contemplar la esperanza, la vida adentro y afuera.
La tonalidad de las emociones te invita a ser empático, compasivo, inspirar a otros a trabajar en equipo bien sea en casa, la oficina virtual, la comunidad, el país.
Nuestra habilidad para adaptarnos es increíble.
Nuestra capacidad de cambiar es espectacular.
Lisa Lutz
Rosalinda Infante Hugas
Caracas – Venezuela